Actualmente, representan un símbolo de la cultura mexicana, porque reflejan la humildad y la dedicación de las mujeres que las elaboran con diversas telas y coloridos listones, dando magia a los sentimientos de infancia.
Al mismo tiempo continúan siendo una fuente de ingreso para pequeños negocios indígenas y sus comunidades.
Estas muñecas ahora se pueden encontrar en la mayoría de estados de la República Mexicana. Nuestras muñecas son adquiridas de la artesana Genoveva Pérez Pascual quien radica en San Ildefonso, en Amealco, Querétaro, conocida por la fabricación de hermosas y únicas muñecas otomí y reconocida por “Manos Indígenas, Calidad Mexicana” un programa gubernamental enfocado en el crecimiento y mejoramiento económico de la comunidad indígena.